Un día estaba (literalmente) tranquilita en mi hamaca, con mis gallos y mis pajaritos en Bali, cuando de pronto un extraño, avasalladoramente entró a mi vida. Bueno para ser totalmente honesta, yo le toqué la puerta, – porque si alguien necesita saber sobre mí, lo lógico es que sea a mí a quien le pregunte y no a terceros -. Él, sin siquiera decir “hola, ¿te puedo ayudar en algo?” abrió de un portazo al estilo “defensor del diablo”, con una total disposición a “desenmascarar” a esta “impostora”… una “disque” Gurú que tiene el atrevimiento de llamarse “empoderadora” o usar esa palabra en la misión de su empresa que no es igual pero es lo mismo, porque quién es su empresa sino es ¡ella!
El cómo llegó, quién es y qué hace, no tiene ninguna importancia, pero lo que sí fue interesante es lo que vino a cuestionar; casi como a poner mi vida y el camino poco convencional que he decidido transitar, en cuestionamiento y balance. ¿Qué o quién soy, y que no? ¿Por qué hago lo que hago? ¿Qué es eso de empoderar o ser una persona empoderada?… y además ¡en tres líneas!, nada de versión larga; aprende a dar tu eleveator speech, para lo que honestamente no soy muy buena. ¿Porqué llamo tribu a “La Tribu”? Lo que llegaron a cuestionar si era una especie de culto o secta… Si sigo así dentro de poco estaré nadando en dinero, porque no hay nada que dé más ganancias que las sectas. Y la pregunta final, una que últimamente he estado escuchando harto: ¿por qué no “dejó” entrar a hombres en mi círculo? (llámese tribu).
Quiero comenzar por contarles a las nuevas lectoras, cómo llegué aquí. Intenté hacer la versión “resumida” de elevador de un edificio de 500 pisos que se va parando en cada uno para no agotar a las que ya conocen la historia, así que disfrutarán esta lectura en 3 capítulos. Érase una vez un día del 2016 en el que se acabó una importante relación como se acaban todas las relaciones importantes, con dolor y también como toda relación maestra, me llevó a tomar decisiones que cambiarían mi rumbo. Un día al tener que decirle adiós a mi vida pasada y cerrar la puerta de la que fue mi casa; decidí que manejaría desde L.A a Miami en mi lindo FIAT 500 llamado Frijolito para poner mi cabeza en orden y encontrar el nuevo código postal de mi vida. No había una agenda escrita, solo llevaba lo necesario en mi carro para manejar hasta que me cansara o llegara navidad; lo que pasase primero. También sabía que quería compartir el trayecto, aunque no sabía exactamente por qué lo hacía. Quizá era para no sentirme sola, o para dejar constancia, o quizá lo hacía para poderle decir a mi ex pareja todo lo que no le pude decir directamente, o sencillamente era porque hacía tiempo ya quería poder crear un blog de historias femeninas, y ésta era la eterna historia de la mujer: armar de vuelta al corazón después que se volviera un rompecabezas. Lo cierto del cuento es que empecé a escribir y a grabar, sin saber muy bien para qué, o cómo se iría arreglando este monumental desastre en el que estaba sumergida.
El compartir y escribir sobre lo que me ocurría y mi proceso interno, se convirtió en el reflejo de muchas mujeres (y algunos hombres) que vieron de alguna manera sus propias historias reflejadas en la mía, porque el dolor y la risa son uno de los mayores conectores humanos; sino miren las artes escénicas Drama o Tragedia. Fíjate que rápido nos unimos en las tragedias o en los momentos de goce. Recuerda cuando te has enamorado profundamente y es probable que ha sido de la/el que más te ha hecho reír o llorar. Estos dos polos de las emociones son increíblemente atractivos para todos, por eso algunos se conectaron y comenzaron a seguir mi camino, sintiendo quizá que de alguna manera si yo lo lograba, si alcanzaba llegar a la orilla en mis intentos de no ahogarme, ellos también lo harían, o por lo menos esa es mi teoría porque así me pasa a mí con los libros que han cambiado mi vida.
Primero empecé por Instagram a compartir el trayecto por carretera, luego l@s que iban leyendo me pedían que me extendiera, así que empecé a bloguear. Inesperadamente en mis viajes comencé a conocer a algunas de las lectoras en persona. Seguidamente muchas comenzaron a contactarme buscando consejos, otras para darme ánimo, algunas para decirme que se identificaban y agradecerme porque mi propio trayecto las había llevado al suyo. Finalmente comenzaron a pedirme ayuda o guía para hacer lo que yo estaba haciendo, sobre todo en la parte de viajar con propósito y búsqueda, porque siempre lo habían querido hacer, pero no sabían cómo, y lo único que se me ocurrió fue organizar viajes a Bali para que viajaran conmigo a mi manera, porque era el camino que a mi me había funcionado y lo único que podía compartir. Era una transición fácil de hacer para mí ya que uno de mis últimos trabajos en el mundo “real” fue producir un programa de viajes. El paso final ya acercándome al año de este proceso, fue decidir que el mundo es muy grande y maravilloso para que fuese solo Bali el destino a conocer y debíamos recorrer muchos más países, y así comencé a visitar otros lugares para poder luego viajar con las que se animen a hacerlo. Este fue el proceso creativo que le dio vida a Lilith’s Travel; yo no creé mi camino, lo diseñaron las mismas lectoras y el universo que conspiraba para que llegara a mi propósito de vida; yo solo me dejé guiar por su voz que se expresaba a través de las personas que iban apareciendo en mi trayecto.
Lilith’s nació de mí necesidad personal de contar historias a través de la escritura, mí necesidad de pertenecer a una comunidad que no tenía, y de la necesidad que tienen otras personas de lo mismo. Dicen por ahí que, si quieres algo, sal y logra que pase, esa soy yo; no sé cómo sentarme a esperar que las cosas caigan del cielo; si, es verdad que creo que si te toca te toca, pero aun cuando estés en el camino correcto, te van a atropellar si solo te quedas ahí sentada, como dice la canción. Así que, si quería una comunidad que sentía no encontrar en ningún lado, con personas que vibráramos en la misma frecuencia, y tuviéramos inquietudes similares; personas con quien descubrir el mundo, nuestras afinidades, lo que nos hace uno en lugar de varios, los que creemos que todas las respuestas ya están ahí adentro, pero hay que saber escucharnos; allí estabamos, y me dí cuenta que solo teníamos que atrevernos a seguir el camino; así nació Lilith’s Travel.
Ahora, ¿de verdad todo esto pasaba por mi mente en ese momento de final de capítulo? ¡Fuck NO! En ese momento solo pasaba “!puta madre, otra vez, eres una burraaaa, taradaaaa Susanita, te voy a ¡estrangular!, ¿hasta cuándo me vas a hacer esto?. A ver si te enserias de una buena vez que no nos estamos volviendo más jóvenes!.” Esa era más mi conversación de “mi con mi”; pero ahora que lo veo en la distancia puedo entender que en el fondo eso hice, inconscientemente tal vez, pero el inconsciente mueve muchas piezas en nuestra vida. Claro, esa severa conversación la tenía porque NO ERA LA PRIMERA VEZ que pasaba por algo similar; este camino de búsqueda que lleva ya unos 19 años, básicamente ha sido formado y conducido hasta donde estoy hoy por momentos y circunstancias similares. No es la primera vez que me voy a un lugar remoto a buscarme o ver qué demonios hago ahora, ni es la primera vez que decido quedarme en ese lugar lejano por más meses de lo planeado, ni es la primera vez que me mudo a otro país, ni la primera vez que el corazón se me revienta en pedacitos; lo único que si era primera vez es que para colmo la cuenta bancaria estuviera en tantos pedacitos como el corazón y mi estabilidad financiera fuera la misma de una casa en medio de un ciclón, por lo que la lanzada al abismo esta vez fue sin paracaídas y ¡sálvese quien pueda!
Esta introducción la hago porque vale la pena resumir de donde venía para que se entienda mejor en donde estoy, y el porqué de la existencia de nuestra Tribu. Vale reafirmar que hago esto solo como un ejercicio propio de poner todas estas ideas en orden porque la verdad me sirve muchísimo hacerlo, no porque le deba alguna explicación a nadie de porque ó como hago las cosas, éste mundo es libre y el que me lee lo hace porque algo le queda de mis palabras y el que no, pues no me lee y ya.
Hoy la Tribu es una comunidad de mujeres que tiene como misión inspirar, apoyar, acompañar, y empoderar a todos sus miembros a través de nuestras historias, descubrimientos, y viajes con propósito, – ya sea juntas o solas – para descubrir nuestra propia voz y misión de vida.
El que viaja a mi lado es porque siente que le ofrezco una buena propuesta y el que no, gasta su dinero de otra manera. El que me pide un consejo es porque quiere escucharlo, y el que no, no lo hace; gracias a Dios vivimos aún en algo parecido a una Democracia. Y el que me lee, así como estas tu hoy leyéndome, es porque es un ser humano como yo que vive, padece, sueña, muere, revive, suelta y vuela en un mundo lleno de retos… así que MIL GRACIAS por estar aquí.. nos vemos en la segunda parte…